El corazón de uno de ellos se llenó de dolor y angustia al ver que las balas herían de muerte a su amigo, que había salido al campo de batalla.
El soldado se acercó a su superior y le pidió permiso para ir a recoger el cuerpo de su amigo. Tras meditar su petición, le miró con preocupación y le dijo:
-Puede ir -le contestó- pero no merece la pena. Su amigo está muerto y a usted también lo pueden matar. Es una situación donde tiene que pensar en su vida porque la de su amigo ya ha llegado a su fin.
Estas palabras no impidieron que el soldado fuera a buscar a su amigo.
Salió de la trinchera y llegó arrastrándose hasta su cuerpo. Con cuidado lo cogió y se le echó al hombro.
Al regresar con el cuerpo muerto de su amigo, él también recibió unos disparos. Llegó a la trinchera como pudo y sus compañeros se acercaron a él para intentar curar sus heridas y coger al amigo caído. Mientras estaba tumbado y le atendían, se presentó su superior que le dijo:
-Le dije que no merecía la pena. Su amigo está muerto y ahora está usted herido de muerte. Probablemente usted muera en unas horas también. ¿Valió la pena ir a su encuentro?
-A pesar de todo, si valió la pena -contestó susurrando el soldado- Porque cuando llegué hasta mi amigo él aún estaba vivo y tuve la satisfacción de oírle decir: "Amigo, sabía que vendrías"
¿Quienes son los protagonistas?
¿Qué sucede a uno de ellos?
¿Qué quiere hacer su amigo?
¿Quién piensas que tiene razón, el soldado o el superior? ¿Por qué?
Comentario al Nuevo Testamento
William Barclay
Editorial Clie
-Adaptación-
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