viernes, 13 de mayo de 2016

Jesús Calma la Tormenta -

Una noche, Jesús estaba cansado después de haber hablado a la gente durante todo el día y de haber curado a los enfermos y pidió a algunos de sus discípulos que lo llevaran a través del lago de Galilea. Empujaron la barca a lo largo de la playa y la pusieron a flote en el lago. Sólo soplaba una suave brisa. Los discípulos izaron la vela y la barca se deslizó sobre las aguas tranquila. 
Jesús se acostó en el fondo de la barca y pronto estuvo profundamente dormido. De repente, el viento empezó a soplar cada vez más fuerzo hasta que se formó una gran tormenta. Las olas eran cada vez más grandes y empezaron a inundar la barca. Los discípulos estaban muy asustados. Creían que la barca se llenaría de agua y se hundiría. Aunque el viento hacía mucho ruído y las olas eran muy grandes, Jesús seguía durmiendo.






Por fín, uno de los discípulos no aguantó más y, moviendo a Jesús, lo despertó. "Maestro, por favor sálvanos", gritó. "¿No ves que todos nos vamos a ahogar?"
Jesús se despertó y, durante un instante, observó la tormenta. Entonces se puso de pie, levantó el brazo, oró y dijo: "¡Shhh! que haya calma!. Inmediatamente, el viento amainó y las olas se calmaron.
"¿Por qué os asustasteis?". Preguntó Jesús a sus discípulos. "¿No sabéis que yo voy a cuidar de vosotros?".
Los discípulos no sabían qué decir. "¿quién es este hombre, que hasta el viento y las olas le obedecen?", se decían los unos a los otros murmurando.
La barca siguió navegando, y Jesús  y sus discípulos llegaron a la otra orilla sanos y salvos.










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