miércoles, 16 de marzo de 2016

Sabía que vendrías

Durante la Primera Guerra Mundial, dos amigos de la infancia combatían juntos en el ejército de su país.
El corazón de uno de ellos se llenó de dolor y angustia al ver que las balas herían de muerte a su amigo,  que había salido al campo de batalla.
El soldado se acercó a su superior y le pidió permiso para ir a recoger el cuerpo de su amigo. Tras meditar su petición, le miró con preocupación y le dijo:
-Puede ir -le contestó- pero no merece la pena. Su amigo está muerto y a usted también lo pueden matar. Es una situación donde tiene que pensar en su vida porque la de su amigo ya ha llegado a su fin.


Estas palabras no impidieron que el soldado fuera a buscar a su amigo.
Salió de la trinchera y llegó arrastrándose hasta su cuerpo. Con cuidado lo cogió y se le echó al hombro.
Al regresar con el cuerpo muerto de su amigo, él también recibió unos disparos. Llegó a la trinchera como pudo y sus compañeros se acercaron a él para intentar curar sus heridas y coger al amigo caído. Mientras estaba tumbado y le atendían, se presentó su superior que le dijo:
-Le dije que no merecía la pena. Su amigo está muerto y ahora está usted herido de muerte. Probablemente usted muera en unas horas también. ¿Valió la pena ir a su encuentro?
 -A pesar de todo, si valió la pena -contestó susurrando el soldado- Porque cuando llegué hasta mi amigo él aún estaba vivo y tuve la satisfacción de oírle decir: "Amigo, sabía que vendrías"


¿Quienes son los protagonistas?
¿Qué sucede a uno de ellos?
¿Qué quiere hacer su amigo?
¿Quién piensas que tiene razón, el soldado o el superior? ¿Por qué?

Comentario al Nuevo Testamento 
William Barclay
Editorial Clie
-Adaptación-




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