viernes, 26 de febrero de 2016

Josué y La Batalla de Jericó

Josué y Jericó
Tras vivir cuarenta años en el desierto con su pueblo, Moisés murió. Entonces, Josué condujo a los israelitas a la tierra prometida. Atravesaron el río Jordán y llegaron a la ciudad de Jericó. Dios le dijo a Josué que Él se la daría a su pueblo.
Josué miró las enormes murallas de piedra y puertas de madera de Jericó. Entonces, Dios le dijo lo que debía de hacer. Cada día, durante seis días, Josué marchó acompañado de unos soldados, dando una vuelta en torno a la ciudad. Detrás, iban siete sacerdotes tocando las trompetas. Los demás permanecían en silencio.
El séptimo día dieron siete vueltas y, cuando los sacerdotes hicieron sonar las trompetas, los israelitas gritaron lo más fuerte posible. Con gran estruendo, las murallas cayeron y los soldados entraron en Jericó. Tomaron todos los tesoros que lograron encontrar. 
A lo largo de los años, los israelitas se asentaron en Canaán y se convirtieron en una nación muy poderosa porque Dios estaba con ellos.










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