domingo, 19 de abril de 2015

Dios si fue a la cita

Había un hombre muy piadoso que se pasaba el día, y casi la noche, diciendo: "Señor, muéstrame tu rostro, quiero verte". Dios quiso complacerle por fin le dijo: "ponte mañana en camino que, pasado el río, antes del anochecer, me mostraré a ti"

El buen hombre, preparó bien su espíritu y saltando más que caminando marchaba radiante hacia el río.

Tan emocionado iba que casi no se dio cuenta del pobre ganadero que luchaba con una de sus vacas para sacarla de un hoyo profundo. Ni vio apenas como unos ladrones asaltaban y pegaban a un pobre hombre para robarle. Ni como un anciano abatido no podía llegar hasta el puente porque había perdido su bastón.

Cuando pasó el río, su pulso se aceleró. Empezó, nervioso a mirar a un lado y a otro. Caminaba a paso corto hacia arriba y hacia abajo preocupado porque Dios se retrasaba. "A ver si he entendido mal" -se decía.

Fueron eternas las horas de espera. Dios, ¿dónde se habría metido? El hombre acabó volviendo pensativo y algo triste.

Cuando de noche en la oración habló con Dios, le preguntó:
-Señor, ¿por qué no fuiste a la cita?
Dios le respondió con aplomo:
-¿Cómo que no fui? Tú que no me has visto...
No se en que estaban pensando.
Señor, te aseguro que no te vi, y bien sabes que miré por todas partes.
Si, me miraste, amigo mio, lo que pasa es que no me conoces...
¿No me viste en el ganadero, en el hombre que asaltaban, en el anciano abatido? Pero cómo no sabías que ese era yo ¡me dejaste en la estacada sin ayudarme!

En fin, no te preocupes, de ahora en adelante me vas a ver siempre que quieras.

¿A que si?




Fábula parafreseada, no se muy bien de donde la encontré, si tu eres quien la escribiste o sabes de quien es y no te parece bien que la publique me lo comunicas y yo la retiro.

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