IDEAS

viernes, 17 de junio de 2016

José se reencuentra con su familia

El rey estaba tan complacido con José que le puso a cargo de todos los almacenes de provisiones de Egipto. Durante siete años, las cosechas fueron buenas y José se aseguró de que los cereales sobrantes fueran almacenados.

Cuando llegaron los siete años malos, José disponía de abundante comida para vender al pueblo.

Lejos, en Canaán, el padre y los hermanos de José cada vez tenían menos comida. "Id a Egipto a compara alimento. Ellos tienen en abundancia". Diez hermanos emprendieron el viaje, pero dejaron a Benjamín, el más joven, en casa.

En Egipto, los hermanos preguntaron al gobernador si podían comprar comida. No sabían que se trataba de su hermano José, pero éste los reconoció de inmediato.


 Les habló en tono severo y les preguntó por su padre y su hermano Benjamín, pero sin darse a conocer, sin decirles que él era José. "Os venderé alimentos", les dijo. "Pero cuando volváis, debéis traer a Benjamín con vosotros. Vuestro hermano Simeón se quedará aquí hasta que regreséis".


Los hermanos emprendieron el viaje de regreso a casa. En el camino, abrieron los sacos de cereales que habían comprado y encontraron el dinero que le habían pagado a José. Se asustaron mucho. "Dios nos está castigando por vender a José", dijeron. No sabían que José había dicho a sus criados que pusieran el dinero en los sacos.

Después de un tiempo, Jacob y sus hijos habían consumido todos los cereales. Tuvieron que regresar a Egipto para comprar más, y esta ves llevaron a Benjamín. Volvieron a pedir a José que les vendiera alimento, pero seguían sin darse cuenta de que se trataba de su hermano, José ordenó a sus criados que les dieran de comer, asegurándose de que Benjamín recibiera una buena ración.

Al día siguiente, los once hermanos hermanos emprendieron el viaje de vuelta. En el camino, los guardias de José los alcanzaron y abrieron los sacos. José había dicho a los guardias que la ocultaran allí para poner a sus hermanos a prueba.

Los guardias condujeron a los asustados hermanos a Egipto y los llevaron ante José, "podéis regresar a casa", le dijo José,  "pero Benjamín debe quedarse conmigo".

Los hermanos sintieron una gran tristeza. "por favor", rogaron, "deja que Benjamín regrese con nosotros. Nuestro padre ya ha perdido a un hijo. Si pierde a Benjamín, se le romperá el corazón. Permite que uno de nosotros se quede en lugar de Benjamín". Entonces José supo que sus hermanos habían cambiado y que se lamentaban lo que hacía tiempo le habían hecho.

"Soy José, vuestro hermano, a quién vendisteis como esclavo", exclamó José. "Pero Dios me envió a Egipto para que pudiera salvaros de morir de hambre. Dios prometió a Abraham que la nación que él fundase estaría a salvo" 
   


Regresad junto a mi padre y traedlo aquí. junto con vuestra familia y vuestros animales. Os daré buenas tierras y todos viviréis felices en Egipto.








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